Los aceites esenciales son sustancias que se encuentran en diferentes tejidos vegetales. Cada aceite esencial contiene las propiedades específicas de la planta de la que se obtiene, cuyos componentes químicos nos servirán para distintas finalidades. Los más conocidos son los aceites de almendra, argán, jojoba, oliva... Han sido usados en cosmética desde la antigüedad. Destacan por sus propiedades como Antibióticos , Antiinflamatorios, Antisépticos, Regeneradores celulares, Antivíricos, Relajantes, Tonificantes, Antiradicales, Activan la circulación sanguínea y linfática... En concreto sus beneficios son:
- Lavanda: bactericida, reequilibra las pieles secas e irritadas.
- Geranio: tonificante, fortalece las pieles sensibles.
- Zanahoria: antioxidante, revitaliza las pieles secas y cansadas.
- Ciprés: tónico venoso, calma las pieles congestionadas.
- Pachuli: cicatrizante, reduce el acné.
- Limón: astringente, purifica las pieles grasas.
- Camomila romana: antiinflamatoria, conviene a todas las pieles.
- Romero: tonificante, devuelve el resplandor cabellos débiles.
- Eucalipto: antiséptico, sanea el cuero cabelludo.
- Menta: estimulante, devuelve el vigor al cabello.
- Salvia: tónico, facilita crecimiento del cabello.
- Orégano: anticelulítico, afina la silueta.
- Enebro: drenante, exfolia la celulitis.
- Naranja: antiespasmódica, relaja el cuerpo.
- Sándalo: estimulante, tonifica el cuerpo.
- Tomillo: bactericida, combate todo tipo de infecciones.
- Jazmín: estimulante, afrodisíaco, eleva el estado de ánimo.
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